... continúa
Primero vino un investigador solo, pero Ricardo lo rechazó e insistió en que quería hablar con la sub-comisario Correa en persona o no hablaría con nadie y se reafirmó en su decisión de hacer huelga de hambre.
Al poco rato aparecían dos efectivos muy mal encarados, los cuales lo amenazaron con que ellos tenían sistemas para obligarlo a comer, pero Ricardo, sonriéndoles serenamente, les recordó que practicaba Y’oga y que si intentaban forzarlo podría relajar el cuello y dejarse desnucar y a ellos les tocaría explicar su cadáver o si preferían alimentarlo a través de suero, se encargaría de quebrar la aguja y eso sería aún más difícil de explicar a las autoridades peruanas y que en el caso de que simplemente se limitaran a ignorarlo y no hacer nada, entonces llevaría la huelga de hambre hasta las últimas consecuencias.
Mucho más tarde en la mañana, vino la sub-comisario Correa —a la que habían tenido que traer desde la brigada— a intentar, ella también, que desista de su huelga de hambre.

— ¡Y él no está solo! Todos, peruanos y chilenos, mantendremos esa medida hasta que se respeten nuestros derechos —afirmó Karim.
Sin hacer ningún otro comentario, la mujer se marchó sumamente molesta.
continuará ...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Danos tu opinión...