continúa ...
Por la puerta principal de la casa entró una investigadora —la única más o menos decentemente vestida—, llevando un traje rojo bien ceñido. Durante todo el rato que habían permanecido en la casa ella se había mantenido un tanto aparte de la investigación, se había limitado a coquetear con uno y otro detective hombre y no había participado prácticamente en el saqueo.
La investigadora se acercó al prefecto y le dijo que los periodistas ya se hallaban en el pueblo de Pelequén.
— Los muy imbéciles, se equivocaron de camino y después de todo un rodeo, recién están empezando a subir hacia Los Maquis —bromearon.
El prefecto Sotomayor, como quien dirige los preparativos para una fiesta, se volteó y ordenó: ¡Preparen todo! Y todos, impresionantemente bien organizados —el primer signo de organización que demostraban hasta el momento— comenzaron a correr de una habitación a otra. Salían, entraban y no paraban de acomodar cosas.
Los jefes habían llegado primero como los anfitriones de la fiesta trayendo a los periodistas tras ellos. Era evidente que venían juntos, ya que todo el tiempo coordinaban por radio a cuanta distancia estaban e iban arreglando las cosas en la medida en que la prensa se acercaba.
Ahora se podían entender varias de las transmisiones de radio que habían escuchado antes. No se trataba sólo de comunicaciones internas de la Policía de Investigaciones, sino que varias de las intervenciones habían sido de los periodistas. Ahora, también por radio, les iban dando las últimas indicaciones de como llegar hasta la casa.
Cuando escucharon que habían abierto el portón y que ya estaban entrando en el terreno, Mara cogió la chompa que había separado para llevar consigo y se la puso contra la cara. La mayoría de las mujeres siguió su ejemplo… a excepción de Mercedes, que se limitó inclinar su rostro apoyándolo contra su mano derecha, más por solidaridad y por no empeorar las cosas (tal como se lo había prometido), que por taparse, estaba tan molesta que de buena gana hubiera gritado a los cuatro vientos su inocencia y su repulsión contra lo que les estaban haciendo vivir y la hubiera emprendido contra los periodistas por prestarse a toda esta farsa. Pero no… tan sólo permaneció muy quieta, rezando para que pronto se hiciera justicia.
El prefecto Sotomayor de un sólo manotazo le quitó él mismo a Mara la chompa que le cubría el rostro y fue una por una haciendo lo mismo, forcejeando con ellas y llegando incluso a oírse los golpes que les daba en su brutal tironeo.
— ¿Son tan obstinadas que no quisieron declarar cuando les di la oportunidad? ¡Pues bien, ahora van a salir sin taparse la cara para que todo el mundo vea lo basura que son!
El prefecto no descansó hasta que, por propia mano, les arrebató todas las chompas. Mercedes, viendo tan infantiles tironeos, pensó que todo el espectáculo era realmente ultrajante.
Luego, el prefecto designó a los dos investigadores que tenían la chaqueta con las siglas «BRISEXME» como los elegidos para mostrar la evidencia, los cuales empezaron, nuevamente, a cuestionar a los demás sobre si se veían bien o si estaban bien peinados y se pararon otro buen rato frente al espejo de cuerpo entero para hacerse los últimos arreglos y verificar una y otra vez su apariencia, mientras el resto de ellos se colocaba —recién— las chaquetas que los señalaban como «detectives».
Minutos más tarde, podían escuchar los autos de los periodistas estacionando en el frontis de la casa, dentro del perímetro del terreno.
Luego, el prefecto designó a los dos investigadores que tenían la chaqueta con las siglas «BRISEXME» como los elegidos para mostrar la evidencia, los cuales empezaron, nuevamente, a cuestionar a los demás sobre si se veían bien o si estaban bien peinados y se pararon otro buen rato frente al espejo de cuerpo entero para hacerse los últimos arreglos y verificar una y otra vez su apariencia, mientras el resto de ellos se colocaba —recién— las chaquetas que los señalaban como «detectives».
Minutos más tarde, podían escuchar los autos de los periodistas estacionando en el frontis de la casa, dentro del perímetro del terreno.
continuará ...
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