Aclaración: A pesar de lo que pueda haber dicho la Prensa sensacionalista, nuestro reclamo no es “contra Chile” sino, específicamente contra los malos funcionarios de una mala administración, quienes quebraron no sólo múltiples puntos de la Declaración De Derechos Humanos, sino hasta las mismas Leyes y Constitución del Estado Chileno.

jueves, 10 de julio de 2014

094 • ¿Ahora Me Vas A Pegar...?

... continúa


     Mientras esperaban sentadas y en obediente silencio, entró un hombre vestido de terno que pasó de largo sin mirarlas, Gaby pensó que tal vez fuera el abogado que su familia le había contratado a Mara, aunque no se veía muy bien vestido y además, era bastante más joven de lo que hubiera supuesto.

     Después de un largo rato de espera, fueron llevadas a una habitación en el tercer piso que tenía el mismo estilo de decoración de mal gusto y aspecto de oficina pública que todas las anteriores.

     Le ordenaron a Gaby sentarse en la silla que estaba cerca de la puerta, a Mara la hicieron sentar en una silla a la derecha, cerca de la ventana que daba a la calle y Beatriz quedó casi frente a ambas en el otro extremo de la misma habitación.

     Frente a la puerta de entrada, había dos puertas más. A Mercedes y a Elsa las hicieron entrar por la puerta de la derecha que daba a otra oficina. Mercedes quedó sentada cerca de la entrada y Elsa en una silla que estaba más al fondo de la habitación, fuera de la visión de las mujeres del cuarto contiguo.

     Llevaron a Lola por la puerta de la izquierda, la cual conducía a un pasillo que comunicaba con más oficinas y le ordenaron entrar por la primera puerta donde un investigador y una investigadora ya estaban sentados esperándola.

     Esta pareja, muy educadamente y en tono conciliador, empezó a preguntarle sobre su forma de vida y si eran varias las mujeres que vivían con Ricardo Badani, pero ella se limitó a mirarlos fijamente sin decir ni una sola palabra.

     Los investigadores le ofrecieron soltarla inmediatamente si firmaba una declaración en contra de Ricardo, pero por toda respuesta, ella sonrió irónicamente mirando ahora al techo.

     Pasado un buen rato sin que los detectives consiguieran que ella emitiera sonido alguno, hizo su aparición la inspectora Yelka, que al enterarse de su rotundo silencio, empezó a vociferar e, indicando que debía desnudarse para el interrogatorio, le ordenó quitarse la chaqueta que llevaba puesta.

     Lola se puso en pie lentamente y pausadamente se quitó la chaqueta mientras la inspectora le seguía ordenando rudamente que se desvistiera. Aún en total silencio y en el mismo calmoso estilo, Lola se quitó la chompa que llevaba y luego se sentó cruzando firmemente los brazos sobre su cuerpo.

     La inspectora, cada vez más molesta, insistió en que continuara desnudándose, pero ella le contestó firmemente que no se quitaría ni una prenda más.

     — ¡Seguramente que la preocupación que demuestran por esos perros es porque practican el bestialismo! ¡¡Deben ser todas lesbianas!! —Gritaba e insultaba la inspectora— ¡¡¡Todos los peruanos son una basura. No veo las horas de botarlos de mi país!!!

     — No me grites —Le recriminó Lola, sin poder contener por más tiempo su indignación.

Esto puso a la inspectora más furiosa todavía, la cara se le congestionó y avanzó amenazadoramente hacia Lola. Ella esperó, esforzándose por mantenerse muy tranquila y cuando la tenía bien cerca de su rostro le dijo:

     — ¿Ahora me vas a pegar, no es cierto?

     La mujer levantó bruscamente su mano derecha y cuando estaba a punto de descargar el golpe, se detuvo en seco al sentir que se abría la puerta de la oficina.

     La rubia, aún con expresión de rabia en su cara, dio media vuelta y se fue de la habitación profiriendo aún más insultos y dando un sonoro portazo tras de sí.

     Después de ella hizo su aparición otro hombre que entró gritando e insultando:

     — ¿Qué es eso que me dicen que no quieres declarar? ¡¡A mí no me vas a hacer perder mi tiempo!! ¡¡¡Más vale que empieces a hablar de una buena vez o yo te voy a enseñar lo que es bueno!!! —La amenazó.

     El detective empezó a escribir una declaración y mientras lo hacía, continuaba con sus amenazas intentando amedrentarla. Al terminar, le acercó una hoja llena en su totalidad, con una declaración que jamás había hecho e insistió más rudamente aún para que la firmara.

     Lola alejó de sí el lapicero y el papel que el hombre le había acercado, sin darse el trabajo de leer su contenido y se negó rotundamente a firmar ninguna declaración. El detective se la quedó mirando un buen rato con cara de odio pero finalmente tuvo que darse por vencido y se marchó también muy enojado.

     Los dos detectives que estaban en la oficina desde el principio, insistieron un poco más en su ofrecimiento de dejarla ir en cuanto firmara, pero al ver que no iban a lograr nada, se rindieron y no hicieron ya más intentos.

     Lola, por su parte, para intentar disminuir un poco la presión que sentía, intentó socializar con esta pareja que parecía un poco menos agresiva que el resto y para evitar que le hicieran preguntas a las que no deseaba responder, empezó ella a sonsacarlos sobre sus jefes y la situación en la que se hallaba la investigación.

     Los dos investigadores, muy tranquilos y seguros de sí mismos, le contaron cómo sus superiores estaban muy contentos por la forma en que se iba desarrollando todo, del gran mérito que iban a obtener con este caso y que era prácticamente seguro que todos los que habían participado consiguieran una mención muy favorable y tal vez incluso, un ascenso.

continuará ...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Danos tu opinión...