continúa ...
Una investigadora entró en la
habitación y dejó la puerta junta y por primera vez en la noche Alberto pudo
oír la voz de Karim. Estaba muy molesto y protestaba porque no le hubieran
permitido vestirse antes de traerlo y porque lo tuvieran allí sin zapatos ni
calcetines.
La investigadora empezó a
amenazarlo para que declarara y después de insultarlo un poco le dijo que si él
no se hubiera resistido al arresto, no lo habrían golpeado y que si ahora se
negaba a declarar lo golpearían de nuevo.
— ¡¡Arresto!! ¡Si hasta el momento ignoro las causas de nuestra detención! —Interrumpió Karim indignado.
Karim empezó a levantar la voz
reclamando que le informaran los motivos para el supuesto arresto y
allanamiento, pero en medio de su alegato legal, Alberto pudo sentir a la
investigadora correr hacia la puerta, cerrarla bruscamente y ya no pudo oír
nada más.
Quedaron encerrados allí por
mucho rato mientras la investigadora, sin contestar a sus preguntas, lo seguía
amenazando y golpeándolo en la nuca.
Poco rato después de que la mujer
se hubo marchado, vino otro detective que intentó jugar el papel del policía
bueno. Entró saludándolo muy cordial y le preguntó por qué era que estaban
ellos allí.
Karim se lo quedó mirando
despectivamente… El detective traía puestos unos tirantes que su mamá le había
traído de Estados Unidos hacía poco tiempo y que él le había obsequiado a
Ricardo.
— Lindos los tirantes ¿no?
—Dijo Karim por toda respuesta y al parecer, algo en su tono de voz hizo
desistir al detective de seguir con su parodia, ya que sin decir nada más,
salió rápidamente de la habitación.
Fueron varios los investigadores
que entraron a intentar hacerlo declarar, pero a esas alturas, Karim estaba tan
molesto que estaba decidido a fastidiarlos tanto como pudiera sin importar las
consecuencias que aquello pudiera traerle.
Los detectives, que al parecer se
habían pasado la voz de que él no sólo era prácticamente abogado, sino que
parecía ser de los peleadores, venían, lo insultaban, lo amenazaban y lo
golpeaban, pero a pesar de sus bravuconadas, parecían tenerle algo de temor y
él se mantenía en su actitud de no me importa nada, ustedes son una basura y
cuando salga de aquí van a ver lo que es bueno…
continuará ...
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