Aclaración: A pesar de lo que pueda haber dicho la Prensa sensacionalista, nuestro reclamo no es “contra Chile” sino, específicamente contra los malos funcionarios de una mala administración, quienes quebraron no sólo múltiples puntos de la Declaración De Derechos Humanos, sino hasta las mismas Leyes y Constitución del Estado Chileno.

domingo, 16 de marzo de 2014

061 • En las pausas entre golpes...

continúa ...


     Más adelante en la noche, entró violentamente la inspectora Yelka en la habitación a insultar a Jaime:

     ¡Así que aquí está el hermanito! ¡¡Eres un degenerado!! ¿Para qué llevaste a tu hermana? ¡¡¡Seguro que tú también haz abusado de ella!!!

     Lo presionaban constantemente, lo empujaban, lo tironeaban, lo golpeaban o lo pellizcaban, aún en los momentos en que dejaban de interrogarlo.

     En las pausas entre golpes, venía el investigador joven que en todo momento intentaba mantener su pose amistosa para decirle:

     Mira… Yo te quiero ayudar… Si tú sabes por qué están detenidos, es mejor que lo digas. ¡Habla! ¡Sálvate a ti mismo! Es mejor que hables antes que los demás te echen la culpa de todo a ti, si no después va a ser peor…




     Jaime insistió varias veces para que le permitieran hacer una llamada telefónica, incluso utilizó alegatos legales para reclamar su derecho, pero simplemente lo ignoraron y lo mantuvieron en todo momento incomunicado.

     Lo que más le molestaba de toda la situación era que hasta ese minuto no sabía por qué estaban allí.


     Era ya de madrugada cuando escuchó detrás de él la voz de Karim y disimuladamente volteó para verlo. Iba custodiado por un detective que lo llevaba al baño que quedaba entre aquel grupo de oficinas.

     Jaime pasó toda la noche esposado a la silla mirando la pared, con las muñecas más adoloridas aún que los brazos y sin que le permitieran dormir, ya que cada vez que lo intentaba, llegaba alguien y lo sacudía de mala manera o lo golpeaban en la nuca. Hacían todo lo que fuera necesario para que no descansara.

     Cuando ya estaba amaneciendo, el investigador que lo vigilaba no pudo más y se quedó dormido —los detectives eran los que se veían más afectados por la falta de sueño— y Jaime aprovechó para dormir también un poco. Descansó en esa incómoda posición, probablemente durante una hora u hora y media.


continuará ...


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