Aclaración: A pesar de lo que pueda haber dicho la Prensa sensacionalista, nuestro reclamo no es “contra Chile” sino, específicamente contra los malos funcionarios de una mala administración, quienes quebraron no sólo múltiples puntos de la Declaración De Derechos Humanos, sino hasta las mismas Leyes y Constitución del Estado Chileno.

sábado, 29 de marzo de 2014

064 • Lo Hicieron Mirar Cómo La Golpeaban

continúa ...


     Los minutos pasaban y parecían horas y Ricardo empezó a perder la noción del tiempo. Tal vez pasó una hora y media, tal vez tan sólo fue una hora o tal vez fue mucho más, hasta que por fin pudo ponerse en pie y respirar aire puro nuevamente, realmente no lo sabía…

     Sin decir ni siquiera un insulto más, lo sacaron de aquella oficina y un investigador lo condujo, tironeándolo del brazo, hasta un hall de distribución del segundo piso. Carlos, con quien se cruzó en el camino, se fijó que tenía la cara roja e hinchada y no pudo dejar de pensar que el sub-prefecto Bravo ya había cumplido la amenaza que tan descaradamente había hecho frente a él en Los Maquis.

     A Carlos lo llevaron a un pasillo del segundo piso donde lo dejaron esposado a una silla, en la típica posición dolorosa con los brazos atrapados en el respaldo. Ahí se quedó con un investigador que lo vigilaba, el cual parecía ser el más cansado de los dos, ya que de rato en rato dormitaba no pudiendo soportar más el sueño y Carlos aprovechaba esas pausas para hacer lo mismo.

     Mientras tanto, Ricardo fue esposado a una banca y como algo coordinado, otro investigador vino y abrió la puerta de la habitación que estaba en frente, justo en el momento en que una detective golpeaba violentamente a Mercedes en el pecho y la lanzaba contra una silla.

     El hizo como si no lo hubiera notado y cuando el detective se paró delante a conversar y a intentar que mirara en aquella dirección, simuló distraerse en la conversación sobre trivialidades y no darse cuenta de nada más. Sabía que si demostraba la más mínima preocupación por ella, esto únicamente serviría para aumentar las torturas de Mercedes como un medio para coaccionarlo.

     Poco rato después vinieron nuevamente por él y lo llevaron a otra oficina, esta vez sí a interrogarlo.

     En cuanto entraron, el detective que jugaba el papel del policía bueno intentó convencerlo para que firmara lo que el sub-prefecto Bravo quería, ya que sino —le dijo— sería mucho peor para él y terminó amenazándolo con que los interrogatorios estaban recién empezando y los métodos que emplearían después serían mucho peores que los que habían usado hasta el momento.

     Mira… —le dijo Ricardo con paciencia— el dolor, tan sólo viene en dos sabores: soportable e insoportable. Si es soportable, soy hombre, lo aguanto y eso me fortalece. Si es insoportable, me desmayo y no tengo que aguantarlo más. Definitivamente NO voy a firmar las mentiras que ustedes quieren.

     Más que un interrogatorio, parecía un lavado de cerebro, ya que eran los detectives los que le decían lo que querían que él reconociera e intentaban insistentemente que firmara distintos documentos.

     Esta nueva sesión también estuvo acompañada de golpes e insultos ante cualquier respuesta que no les satisficiera, esto es, prácticamente todo lo que Ricardo afirmaba.


continuará ...


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