Aclaración: A pesar de lo que pueda haber dicho la Prensa sensacionalista, nuestro reclamo no es “contra Chile” sino, específicamente contra los malos funcionarios de una mala administración, quienes quebraron no sólo múltiples puntos de la Declaración De Derechos Humanos, sino hasta las mismas Leyes y Constitución del Estado Chileno.

domingo, 23 de marzo de 2014

063 • Vendado como estaba...

continúa ...


     Carlos, vendado como estaba, podía oír como entraban y salían de la habitación muchos detectives de ambos sexos.

     ¡¡Si no hablas vamos a torturar a tu esposa!! —Continuaban amenazándolo.

     Le hacían escuchar gritos y llanto a lo lejos y le decían que eran de Fanny y que él podía detener el sufrimiento de ella en cualquier momento.

     Muchísimo tiempo después, cuando se dieron cuenta que seguía firme en su actitud, lo obligaron a ponerse derecho nuevamente, le quitaron los alambres que le estrangulaban el pene, la venda que le cubría los ojos y lo dejaron subirse los pantalones. Nunca llegaron a conectar la corriente, pero lo mantuvieron en la expectativa durante varias horas, amenazándolo, golpeándolo y torturándolo física y psicológicamente.

     Cuando ya eran cerca de las cinco de la mañana, las cosas empezaron recién a calmarse un poco. Carlos se sintió algo más aliviado, había pasado lo peor… aparentemente por lo menos. Toda la situación había sido de muchísima tensión para él.

     Lo sentaron en una silla y lo golpearon todavía un poco más. Después lo amenazaron con que lo mismo que habían hecho con él se lo harían ahora a su mujer.

     Mucho tiempo, golpes y amenazas después, todos se marcharon dejándolo solo en aquella oficina, a la cual llegó al poco rato, un detective que no había participado en su tortura y que empezó a hablarle como su fuera su amigo:

     Mira, yo sólo quiero ayudarte… yo te aconsejo que confieses, todos los demás ya han confesado y si tú no hablas vas a cargar con todo… Tú mujer ha confesado que se ha acostado con Badani… No puedo entender cómo puedes ser tan tonto que defiendes a un tipo que te ha engañado con tu mujer cada vez que te mandaba a trabajar al campo durante todo el día.

     El detective lo interrogó respecto a las mismas cosas que habían preguntado los otros, pero de una manera bastante más amistosa, más amable y Carlos le repitió lo mismo que entre golpes le había dicho a los anteriores.

     A eso de las cinco treinta de la mañana, sacaron por fin a Carlos de esa oficina. Se sentía terriblemente agotado.

     Cuando iba saliendo, se le acercó uno de sus más esforzados torturadores, el cuál le dijo a la pasada:

     Te pasaste cabro. ¡Eres súper valiente! —Se lo quedó mirando unos segundos con admiración y luego siguió de largo. Para Carlos, ese fue el mejor aliciente.


continuará ...


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