Aclaración: A pesar de lo que pueda haber dicho la Prensa sensacionalista, nuestro reclamo no es “contra Chile” sino, específicamente contra los malos funcionarios de una mala administración, quienes quebraron no sólo múltiples puntos de la Declaración De Derechos Humanos, sino hasta las mismas Leyes y Constitución del Estado Chileno.

viernes, 21 de marzo de 2014

062 • Podemos pegarte... sin dejar marcas

continúa ...


     La sub-comisario Correa volvió a entrar bruscamente en la habitación y le dijo a Fanny que le iban a pegar. Fanny, armándose de valor, le contestó que no podían hacerlo, que eso no era legal, pero la sub-comisario sin inmutarse le dijo con el mayor de los cinismos:

     Sí podemos… sin dejar marcas… ¡Y nosotros sabemos cómo hacerlo!

     Fanny, por dentro, trataba de tener fuerza de voluntad y no dejaba de cantar el Mamntra de Shrii Shiva.

     Trataron de persuadirla diciéndole que los otros ya habían declarado y que ella era una tonta al defenderlos.

     Fanny, en medio de su desesperación, les solicitó varias veces la presencia de un abogado, pero no le permitieron contactarse con uno y en vez de eso insistían en que firmara una declaración afirmando que tenía conocimiento de que Ricardo usaba cadenas con las mujeres y que había actividades delictuosas en la casa de Los Maquis.

     Al ver que ella se negaba firmemente, siguieron intentándolo, dándole además la opción de que si quería podía agregar que ella no participaba en nada, pero la negativa de Fanny continuó.

     Ella no podía dejar de pensar en que les estaban poniendo electricidad, le daba mucho miedo sentir dolor físico… Con toda esa presión hubiera podido fácilmente caer en el juego de ellos y empezar a decir lo que querían, pero se negó. Se repetía una y otra vez que debía tener fuerza de voluntad y no paraba de cantar su Mamntra. Ella sentía que las Deidades le estaba dando la entereza para mantenerse firme y daba gracias por ello.

     Mucho después de las cuatro de la mañana, al ver que Fanny no hablaba, dos detectives mujeres la sacaron de allí y la llevaron a la habitación del tercer piso donde exponían la «evidencia». En el camino pasaron al lado de Alberto que aún seguía esposado a la misma silla de aquel hall.

     En la habitación en la que se encerraron con Fanny, habían armado un collage con más de cincuenta fotos personales de Ricardo y fotos de sus esposas en ropa interior o en diversos grados de desnudez, junto a fotos de todos ellos en distintas ceremonias de su Religión, mezcladas con el cuadro con la poesía «Amar» del poeta Árabe Ghazali. Estaba el traje de danza árabe de Mercedes colgado con unos cinturones de ropa al costado. Ornamentos religiosos junto a algunos folletos de una investigación que Ricardo estaba haciendo sobre «La Historia de O», folletos del Movimiento por los Derechos del Hombre que había organizado Karim y todo tipo de revistas pornográficas, vibradores y la estatua de Shrii Gan’esha en medio. Todo estaba arreglado con malicia para darle a la escena una marcada connotación sexual.

     Fanny se dio cuenta del gran trabajo que habían hecho los investigadores: al mezclar las imágenes de culto con objetos sexuales de una manera tan burda y grotesca, tergiversaban totalmente el sentido de sus creencias.

     Esperaron hasta que por la cara de Fanny pensaron que ya se había escandalizado bastante con lo que veía.

     ¡Esto se lo vamos a mostrar a todo el mundo para que la gente vea lo degenerados que son! —Le dijeron con cinismo, buscando perturbarla aún más.

     Después la llevaron con la misma brusquedad a la habitación del frente, la primera de la derecha en aquel hall y continuaron con el interrogatorio.

     Un investigador le decía que él quería ayudarla, se mostraba sumamente amistoso e intentaba que Fanny le contara en qué creía, qué cosas hacían y por qué era que estaban todos arrestados, luego se marchaba y venía otro que la trataba en forma dura. Mantuvieron durante mucho rato la técnica del «policía bueno y el policía malo».

     Mientras conversaban, Fanny les seguía el diálogo, les contaba sobre las hermosas fogatas que hacían a la luz de la luna asando salchichas en el fuego con Ricardo tocando guitarra, los continuos paseos por el campo, las excursiones de exploración en el amplio terreno junto con los perritos y todo tipo de cosas de la vida doméstica de Los Maquis e invariablemente, cuando ya empezaban a impacientarse y le preguntaban si iba a declarar, ella, firme en su propósito, les respondía:

     No, no tengo nada más que decir.

     Afuera, Alberto podía oír las voces de los detectives interrogándola y aunque no lograba entender las preguntas que le hacían, sí alcanzaba a oír el torrente continuo e interminable de palabras que salía de la boca de Fanny. Aproximadamente media hora después, abrieron la puerta de la habitación para que salieran dos de las investigadoras.

     Esta habla, habla y habla, pero no dice nada —Dijo furiosa la inspectora Yelka a su compañera.

     A Fanny realmente le resultaba difícil mantenerse en silencio con esa gente y además, estaba demasiado nerviosa.

     Casi una hora más tarde un investigador llegó a la habitación y le indicó a Fanny que lo siguiera.

     ¿Me llevan para pegarme? —Preguntó muy asustada.

     Con un seco NO por toda respuesta, el detective la condujo al primer piso.


continuará ...


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