continúa ...
Se sentía terriblemente agotada y
con los nervios totalmente destrozados por el esfuerzo.
En la recepción la obligaron a
sentarse en la silla vacía junto a la cual estaba Alejandra esperando de pie.
Ella miraba a las demás mujeres que permanecían agrupadas en el otro extremo de
la habitación —a las cuales no le habían permitido acercarse— como queriendo
decirles algo, pero no se atrevió a hablar ni a gesticular.
continuará ...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Danos tu opinión...