Aclaración: A pesar de lo que pueda haber dicho la Prensa sensacionalista, nuestro reclamo no es “contra Chile” sino, específicamente contra los malos funcionarios de una mala administración, quienes quebraron no sólo múltiples puntos de la Declaración De Derechos Humanos, sino hasta las mismas Leyes y Constitución del Estado Chileno.

miércoles, 12 de febrero de 2014

049 • Golpes y Amenazas


continúa ...


     El sub-prefecto Bravo —en su típica actitud cobarde— aguardó hasta que el prefecto Sotomayor se retiró de la Brigada poco después de las tres y media de la mañana y con el ceño más fruncido de lo habitual, vino a buscar a Ricardo, acompañado de otro detective.

     Lo llevaron hacia el interior del edificio, a una oficina donde otro investigador más, estaba ya esperándolos.

     Supuestamente lo habían llevado allí para interrogarlo, pero en cuanto entraron, el sub-prefecto le advirtió en muy mal tono que no le iba a permitir nuevamente que lo hiciera quedar mal delante de su gente y remarcó sus palabras dándole un par de violentos sopapos en el rostro.

     Luego, uno de los investigadores que lo asistía, le soltó las esposas y se las volvió a colocar sujetándole ambas manos muy apretadas a la espalda.

     El otro, de un violento empujón, lo obligó a arrodillarse y le esposó los tobillos enganchándolos con las muñecas.

     Le tiraron una manta gruesa y hedionda sobre el cuerpo que le impedía ver y no le permitía respirar bien, dejándolo al poco tiempo muy mareado, no sólo por la dolorosa posición y por la falta de oxígeno, sino porque allí empezaron a darle continuos y brutales golpes en la espalda.
 
     — ¡Tú no me vas a hacer quedar mal delante de mis superiores! ¡Vas a ver! ¡Vas a aprender! ¡Yo te voy a enseñar a comportarte! —Repetía el sub-prefecto, acompañando sus palabras con nuevos golpes— ¡¡Peruano de mierda, los peruanos no sirven para nada!! —Los mismos insultos se repetían una y otra vez, parecía no tener mucho más vocabulario que ese.

     Los golpes, que daban la impresión de ser puñetazos dados no con los nudillos sino con el costado de la mano, eran bastante dolorosos, sobre todo los que le caían sobre la columna vertebral, pero Ricardo los soportaba sin moverse ni emitir queja alguna.

continuará ...

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