Aclaración: A pesar de lo que pueda haber dicho la Prensa sensacionalista, nuestro reclamo no es “contra Chile” sino, específicamente contra los malos funcionarios de una mala administración, quienes quebraron no sólo múltiples puntos de la Declaración De Derechos Humanos, sino hasta las mismas Leyes y Constitución del Estado Chileno.

viernes, 14 de febrero de 2014

050 • Eran Despiadados


continúa ...


     La indiferencia que mantenía Beatriz ante los insultos y las amenazas, enfureció aún más a la sub-comisario Correa.

     — ¿Sabes lo que le estamos haciendo en este momento a tu amorcito, a tu Badani? Lo estamos torturando. ¿No nos crees?… En unos momentos te vamos a llevar a la sala vecina donde está tu Guru, para que escuches sus gritos de dolor.

     ¡Era despiadada! Beatriz la miró con rabia y asustada al mismo tiempo, no quería creer lo que estaba escuchando. Pensó en lo que le estarían haciendo a Ricardo… ¡Pensó lo peor! Ya tenía antecedentes de lo basura y corruptos que eran los «tiras» y le dieron ganas de llorar ahí mismo, pero se contuvo para no quebrarse delante de ellos.

     La sub-comisario Correa, con voz de victoria, le volvió a preguntar si tenía algo que decir.

     — Solamente que lo amo.

     La sub-comisario la insultó de mala manera y se la llevó arrastrándola del brazo hasta la sala donde tenían preparado su montaje con todo dispuesto para la prensa. Allí le fueron señalando una por una fotos privadas de ellos, que los investigadores habían mezclado con malicia formando un collage contra la pared de la habitación y le preguntaban si las conocía.

     Beatriz guardaba silencio.

     Mientras la obligaban a mirar las fotos, la zarandeaban y le daban empujones constantemente. Ella sentía mucha rabia por el trato tan prepotente del que era objeto.

     Después la hicieron caminar sin sentido de un lado a otro de la sala, mientras la insultaban groseramente, hasta que chocó con un tipo mucho más alto que ella. Este investigador se dedicó a caminar detrás de ella dándole constantes golpes secos en la nuca mientras le repetía:

     — No te hagas la weona… ¡¡Habla!!…

     Nunca en su vida le habían pegado y se enfureció al sentir la mano del hombre agrediéndola. Estaba tan enojada por tanto atropello que empezó a sentir que todo giraba en torno a ella, se sintió mareada y creyó que se iba a desmayar. Tuvo que hacer grandes esfuerzos por mantener el control ya que no sabía qué le podían hacer si perdía el conocimiento.


continuará ...

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