Aclaración: A pesar de lo que pueda haber dicho la Prensa sensacionalista, nuestro reclamo no es “contra Chile” sino, específicamente contra los malos funcionarios de una mala administración, quienes quebraron no sólo múltiples puntos de la Declaración De Derechos Humanos, sino hasta las mismas Leyes y Constitución del Estado Chileno.

lunes, 24 de febrero de 2014

055 • Interrogando A Jaime

continuará ...


     Hasta la oficina en donde tenían esposado a Jaime llegaban muchos gritos y ruidos de golpes mezclados con música que le hacían pensar que probablemente provenían del resto de sus amigos a los que ya estarían torturando.

     Entraban y salían investigadores constantemente y le preguntaban a qué se dedicaban o qué hacían en la casa.

     Jaime les explicaba que él era estudiante de derecho, que vivía en la casa con otros miembros de su Religión y que fuera de tener por costumbre levantarse muy temprano a hacer oraciones, ofrendar cada cosa que comían e intentar ser consecuentes con cada hecho de su vida, no había nada distinto en ellos.

     Preferimos vivir juntos porque nos resulta más económico, pero cada cual tiene su propio dormitorio y nadie se mete en lo que hacen los demás.

     A pesar de que los detectives le insistían para que les contara sobre su vida, ya que según le explicaban, ellos lo único que querían era poder entender su posición, la mayoría de las veces el interrogatorio giraba en torno a intentar que fuera Jaime quien les dijera por qué habían sido detenidos.

     Venían una y otra vez y le preguntaban exactamente lo mismo o se deleitaban registrándole la billetera, mirando las tarjetas que habían quedado y tratando de descubrir alguna evidencia en ellas.

     En algún momento de la noche, entró un investigador que le vendó los ojos, botó bruscamente la silla a la que estaba esposado y lo amenazó con golpearlo si no hablaba.

     Después de dejarlo mucho rato tirado en el piso preguntándose qué vendría ahora, el detective ordenó que le quitaran la venda y enderezaran su silla nuevamente.

     Jaime se lo quedó mirando fijamente a los ojos y el investigador, reaccionando en forma agresiva, le ordenó que bajara la vista y lo amenazó con las consecuencias que vendrían si no obedecía.

     Al poco rato salió de la habitación y dejó a otros detectives que siguieron interrogándolo y golpeándolo desde una posición tal que no le permitían ver la cara de ninguno de ellos.


continuará ...


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