Aclaración: A pesar de lo que pueda haber dicho la Prensa sensacionalista, nuestro reclamo no es “contra Chile” sino, específicamente contra los malos funcionarios de una mala administración, quienes quebraron no sólo múltiples puntos de la Declaración De Derechos Humanos, sino hasta las mismas Leyes y Constitución del Estado Chileno.

jueves, 20 de febrero de 2014

053 • Le Ordenaron Quitarse la Ropa

continúa ...


     Conforme la noche avanzaba, los investigadores fueron cambiando su táctica, le ordenaron a Mercedes quitarse una a una las diversas prendas: primero el abrigo, luego la chompa, los zapatos, las medias… Entre golpes y amenazas la obligaban a obedecer.

     Mercedes podía escuchar a los investigadores hablando a gritos en las habitaciones contiguas, sonidos de golpes y ruidos que parecían ser de llanto.

     Los detectives le explicaban que estaban golpeando a sus amigos, que les estaban poniendo corriente y que luego vendrían a pegarle a ella también, que el gordo con los electrodos vendría y que allí ella se iba a arrepentir por no haber querido colaborar ya que ellos estaban queriendo impedir que la lastimaran y que por eso debía cooperar.

     Pero Mercedes estaba resuelta, podían hacerle todo lo que quisieran a su cuerpo y aún así sería inútil. El dolor físico era algo que ella podía soportar, no porque no le doliera, todo lo contrario, sino porque mal que mal o mal que bien, de chica su madre la había maltratado salvajemente hasta que aprendió a manejarlo… pero lo que sí le resultaba insoportable y que jamás sabría manejar, era el dolor emocional de ver a sus seres queridos tan denigrados. ¿Cómo podían siquiera suponer que ella sería partícipe? No iban a lograr nada de ella, jamás iba a decirles las mentiras que querían que dijera.

     Allá arriba están dos declarando que se han acostado contigo y que sólo estaban ahí porque querían culear… ¿Tú los vas a dejar que digan eso de ti? ¡Sálvate a ti misma! —Insistía uno de los investigadores intentando asustarla.

     Con lo que acaban de decir ya sé que todo es mentira… nadie que yo conozca puede decir eso de mí —le respondió mirándolo de frente.

     Los detectives intercambiaron miradas de culpabilidad como si hubieran sido pillados en falta, pero la investigadora, sin dejarse amilanar, la amenazó con llevarla a las duchas frías si no hablaba y lo hubiera hecho de no ser porque uno de los detectives le dijo bien bajito que ella le había dicho al doctor que estaba resfriada y con fiebre.

     ¡Ya! No declares si no quieres, pero explícame a mí por qué lo haces. ¡¡Por la rechucha, explícame!! ¡Quiero entender! —Intentaba convencerla el investigador de ojos verdes, que se mostraba como el más comprensivo del grupo.

     Tú eres la que está más cagada. ¿No lo entiendes? Tú apareces en todas las fotos.

     ¿Te excita que te hagan esas cosas? —Le preguntaba el detective mestizo, que hasta ese momento se había limitado a mirarla de arriba abajo, con una expresión de evidente deseo sexual y más que una pregunta parecía una insinuación.



continuará ...


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